miércoles, 27 de junio de 2012

PARQUE ARQUEOLÓGICO COCHASQUI


COCHASQUI

En el Ecuador existieron importantes culturas que se asentaron y dejaron grandes testimonios que hasta hoy podemos admirar.
Nuestro territorio por estar ubicado en una zona estratégica de América del Sur, cuenta con muchos lugares históricos importantes que pueden ser admirados por propios y extraños.
Las ruinas arqueológicas que se encuentran en Ecuador son importantes lugares llenos de historia que vale la pena visitar. Así que si aún no ha visitado y le gusta saber más de nuestro país, conozca sobre el Parque Arqueológico y de Investigación Científica Cochasquí.
Las pirámides de Cochasquí guardan aún un aire enigmático y místico. Es muy fácil caminar por sus alrededores y encontrar pedazos de vasijas ancestrales.
Desde 1981 el Consejo Provincial de Pichincha asumió la responsabilidad del cuidado de este Patrimonio Cultural, el manejo y protección de sus diferentes áreas de estudio arqueológico, histórico, de arqueología prehispánica, etc.
En 1988 fue declarado "Parque Arqueológico de Investigación Científica".
Pasar una noche acampando cerca de las pirámides es una experiencia memorable debido a la energía y la paz que este sitio emana, durante las noches estrelladas.
Cochasquí recibe a todos los turistas dispuestos a abrir su mente a la historia que nos muestra un lado de las sociedades pre incaicas, donde la feminidad es un elemento clave para su desarrollo. Dice la historia que estuvo regido por una mujer gobernadora a quien llamaban Quilago o Quelago.
Quilago, la princesa combativa que defendió su pueblo cuando la guerra había dejado solo a niños, ancianos y mujeres; es el emblema de mujer, y no solo de fertilidad o maternidad, sino de fuerza, de sabiduría y de grandeza. Su presencia y su historia vibran en cada parte de este sector.



Cochasquí es una cultura Pre-incásica, que se asentó en la sierra norte del Ecuador y pertenece al período de Integración de la prehistoria Ecuatoriana, data desde los 500 a los 1500 años después de Cristo.  Existen evidencias arqueológicas de 200 años Antes de Cristo.
A pesar de las agresiones culturales, hasta la fecha, ha logrado definir grupos sociales dispersos  en el territorio del Cantón Pedro Moncayo y sobre todo las manifestaciones y expresiones culturales, lo que se refleja en los dos solsticios: del 21 de junio, 21 de septiembre y en los equinoccios: 21 de marzo y 21 de diciembre, cuando se reúnen todas las comunidades para agradecer al Dios Inti (Sol), dador de luz por los favores de las cosechas.







Las pirámides de Cochasquí tienen como elemento constructivo predominante la cangahua, siendo este material una toba volcánica de considerable resistencia.  Tienen forma geométrica, sus cuatro lados, su forma de trapecio concluyen en prisma cuadrangular, por lo que se les denomina pirámides truncas, nueve de ellas tienen una rampa orientada de sur a norte.
Los graderíos que forman la estructura piramidal dan lugar a elementos singulares y únicos en los Andes y Meso América.
Los graderíos, están conformados por una fila de cangahua y una de tierra apisonada, mientras más profundos están, son más grandes, llegando a pesar hasta 300 libras c/u, a medida que van edificando son más pequeños, lo cual le va dando la forma piramidal.
En su plataforma trunca realizan la construcción de calendarios agrícolas de barro cocido.






EL CALENDARIO SOLAR MÁS GRANDE DEL MUNDO EN COCHASQUÍ
Cochasquí. Pirámides hechas por la mano del hombre, probablemente desde el año 250 D.C. Sirvió como un "calendario solar" (El Calendario Solar Más Grande del Mundo en Cochasquí; ver cita 1.). Sin embargo su datación, nombre y su función encierran mayor misterio. Pues desplegar un complejo de tal manera para fijarse en la proyección de la sombra del Sol, es o una gran muestra de laboriosidad o que el contenido de su razón es aun más profundo.


En la denominada Pirámide “5” vivió la Princesa Quilago, madre del último Rey Inca Atahualpa. Poseedora del conocimiento ancestral de una cultura aun más antigua y profunda. Los Quitu-Karas. La forma de esta pirámide no tiene un sentido estético, su forma está grabada en la iconografía de la vasija trípode en su interior hallada. Y sería una de las claves de toda esta historia. Investigación que la he realizado uniendo especialmente el conocimiento astronómico de las sabias culturas andinas con una relación espiritual que “sospecho” pudieron tener en el máximo de los secretos. Tan solo esperando el momento adecuado para salir a la Luz y quizás este estudio aporte algo de ello para entender mejor el conocimiento de nuestros antepasados y que nos pudieron transmitir antes de su desaparición.
Otra de las claves en mi investigación son los montículos o “tolas” dispuestas en la parte descendiente de la colina donde se asientan estas pirámides y de las que pocos han relacionado con un “mapa estelar”. De ellas hay similitud con las Constelaciones de La Osa Mayor y Osa Menor, constelaciones de las muy pocas nombradas en la Biblia y de las que sus referencias cito en la parte superior de la imagen, pues quienes “sientan” relacionarlas en un contexto aun más espiritual, sabrán como y porqué.
Lo estudiado hasta ahora se refiere a la proyección de la Luz Solar desde el Este y servía para fijar las fechas de cosecha, precisando la llegada de equinoccios y solsticios. Yo relaciono esta llegada de la Luz Solar con la llegada de la “Sabiduría” a La Tierra, pues el Sol era altamente considerado por el aporte que ejercía día tras día con su “Luz” en todas nuestras culturas primigenias. Hacia el Oeste donde se va el Sol queda la “Voluntad” de los hombres dispuestos a un mañana mejor y lo que daba el equilibrio, armonizaba la vida y ha sido “Siempre” el camino hacia el origen, es el “Amor”. El conocimiento de esta “trinidad” sabiamente fue referida en la iconografía citada y que Yo la estilicé para representar su comprensión en el esquema sobre la posición de Ursa Menor en la parte extrema derecha e inferior de esta placa. En rojo he puesto la disposición real de las estrellas que conforman estas dos constelaciones. Lo dibujado con blanco representan las construcciones: pirámides y montículos que hasta el día de hoy se pueden apreciar.
Haciendo la “superposición” de las formas de las dos constelaciones sobre los montículos encontrados, resaltan en similar magnitud el tamaño de los montículos con la brillantes de las estrellas que conforman las nombradas constelaciones. Sin embargo no hay que ser extremo exacto, no hace falta. Algunas estrellas obviaron quizás por su tamaño, pero algo no coincidía en mi superposición inicial, Los cuatro montículos dispuestos a nuestra izquierda de donde se aprecia la Osa Mayor no sería otra cosa más que “La Cruz del Sur” que claramente se puede observar sobre el cielo estrellado de Cochasquí, y la pusieron junto a los otros montículos no al azar o por equivocación, pues la distancia entre estas constelaciones es mayor a las dispuestas en los montículos, realizaron estos montículos a mi modo de apreciar para “orientar” o dar una referencia de la declinación de la línea de horizonte real que ellos apreciaban, pues de no hacerlo de esta manera la comprensión tanto del calendario solar como de lo que ellos tanto examinaban en el cielo, no habría servido con exactitud.
Ellos poseían a mi forma de entender y relacionar este complejo de pirámides, la arqueo-astronomía evidenciada, su iconografía y hasta a sus últimos ocupantes, como lo fue la princesa Quilago; poseían como digo, un conocimiento de nuestro “enlace espiritual con el ORÍGEN de nuestra presencia en La Tierra” pues no solo se asentaron y buscaron la línea ecuatorial (por una razón superior) sino que sabían que estas Tierras fueron en donde se asentó el Sol en su nombre “Andes” literalmente develando a sus “hijos” íntimamente conectados hacia él, pistas de un “Amanecer” nuevo en este planeta.

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1 comentario:

  1. Muy bonito documento pero nos quedamos inciertos porque no cita fuentes para sostener la discusión.

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